Regresamos a nuestra rutina turística clásica, esta vez visitando uno de los palacios que aún nos quedaba por ver, el Palacio Deoksugung.

La situación de este pequeño palacio es ideal para hacer un recorrido por otras importantes zonas turísticas del centro de Seúl, así que aprovechamos nuestro objetivo para visitar antes la Plaza de Seúl, que es donde está situado el City Hall, es decir, el ayuntamiento de la ciudad.

Plaza de Seúl. El edificio antiguo es una biblioteca, el moderno es el ayuntamiento actual
Como siempre, comenzamos el día trazando una “ruta” que al final improvisaríamos según nos apeteciera, llevándonos agua, paraguas, cámaras y ganas de descubrir sitios nuevos. Tomamos el metro y llegamos fácilmente, ya que nuestro primer destino tenía su propia parada de metro, la estación City Hall. Salimos del metro y sólo un cruce nos separaba de la Plaza de Seúl.
Esta es una zona llena de altos edificios y grandes carreteras muy transitadas, pero justo en medio de tanto alboroto, hay una zona llena de césped, ideal para sentarse y relajarse, aunque el calor y la falta de sombra no ayudaban a que hubiera mucha gente en ese momento del día.
Fuente para aliviar el calor y el aburrimiento a los niños coreanos
Entre todos los edificios de la plaza, destaca el del antiguo ayuntamiento, actualmente una importante biblioteca, junto al moderno edificio que es usado ahora como nuevo ayuntamiento. En el área del césped había un gran “paraguas” decorativo, muy cerca de ahí una zona habilitada con numerosos chorros de agua y varios niños que jugaban con ellos y se refrescaban.
Como no había mucho más que hacer aquí, nos dirigimos al Palacio Deoksugung, que estaba junto a la plaza. Como siempre, Seúl y su contraste histórico y moderno.
Contrastes coreanos
Nos pusimos frente a la taquilla y observamos la lista de precios… Sólo 1.000 won. No debía ser muy grande si era el palacio más barato, sin contar el gratuito Palacio Gyeonghuigung. Pagamos lo que al cambio eran unos 80 céntimos y cruzamos la puerta. 
Efectivamente, Deoksugung era pequeño y no se tardaba mucho en hacer un completo recorrido por él e ir viendo sus diferentes zonas. El gran edificio principal era la atracción más popular como podía verse, con tantos turistas haciéndose fotos para el recuerdo.
Edificio principal del palacio
En general tenía una estructura típica de palacio Joseon: Puerta de entrada, puente de piedra, más puertas, edificio del trono, casas tradicionales, un estanque… Excepto por algunas construcciones con una arquitectura diferenciada, como el edificio usado como Museo de Arte Contemporáneo (no incluido en el precio), y otros edificios con un estilo más occidental.
Terminamos nuestro recorrido y nos sentamos a descansar junto a la sala del trono. Cerca de allí, una pareja y su hijo recibían una sesión fotográfica, todos vestidos con hanbok, la ropa tradicional coreana. No es de extrañar ver este tipo de escenas, pues los palacios siempre servían muy bien de escenario para bonitas fotos.
Tradición, modernidad y naturaleza
Se acabó la visita cultural, era hora del turismo gastronómico. Teníamos muchas opciones, pues estábamos en una zona céntrica cerca de muchos lugares donde comer. Optamos por dar un paseo y acercarnos al mercado Namdaemun. Entre sus calles laterales encontramos un restaurante asequible donde tuvimos un delicioso almuerzo.
Aún quedaba día por delante y decidimos completar la tarde yendo al arroyo Cheonggyecheon y seguir su recorrido. Comenzamos desde el principio, la plaza Cheonggye, desde donde el agua empieza a ser “bombeada” y cae por una catarata para seguir su camino durante 5,8 kilómetros para desembocar en el río Jungnangcheon, un afluente del río Han.
Junto al inicio del arroyo
Bajo unos de los puentes, poniendo a remojar los pies en el agua
La vegetación no falta a los lados del arroyo
Nos encanta este lugar por las sensaciones que da caminar a un nivel inferior al de la calle, donde aunque haya mucha gente es relajante y refrescante sentarse junto al agua y disfrutar de un rato de tranquilidad. Además, es un lugar lleno de vida gracia a los artistas callejeros que muestran sus habilidades, especialmente los músicos que dan sus pequeños conciertos aquí, haciendo más entretenido el paseo por el arroyo.
Siempre habrá alguien dando un paseo en este pequeño oasis
Cae la noche y no por ello es menos agradable venir al Cheonggyecheon
Se nos empezó a hacer de noche durante el recorrido, así que volvimos a la realidad tomando una de las salidas del camino, concretamente la que está junto a Dongdaemun Design Plaza. Y aquí terminamos la noche, visitando este complejo cultural de moderna arquitectura y quedándonos con la imagen nocturna que nos ofrece su jardín de luces LED de 25.550 rosas.
Dongdaemun Design Plaza

Vídeo del capítulo 13: