Otra noche más en Seúl. Tocaba volver a perderse caminando entre algún lugar pintoresco coreano. Después de observar el mapa que decoraba la parte de atrás de la puerta de nuestra habitación en la Guest House, decidimos ir nuevamente al Arroyo Cheonggyecheon, pero esta vez con una finalidad y contexto diferente al de la primera noche, es decir, más temprano y así pasear para ver como era el ambiente en ese domingo en nuestra cuarta noche en Corea del Sur.
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Desde uno de los puentes del Arroyo Cheonggyecheon |
Como siempre, nos dirigimos a tomar nuestro transporte favorito. Línea 4 del metro, desde Hyehwa sólo una parada hasta Dongdaemun, ya que cogiendo aquí la salida 7 u 8 nos encontrábamos a dos pasos del Arroyo Cheonggyecheon, junto a una de las carreteras que cruzan por encima y sus correspondientes escaleras que te dan acceso a este curioso lugar.
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Gwancheol-dong |
Nada más llegar aquí y el primer sentido que se despierta es el oído, pues justo al lado de ese puente, junto al arroyo, un concierto tenía lugar. Un pequeño escenario al lado del agua, un señor que cantaba y público tanto en una orilla como en otra, sentados en grupos o parejas, en el borde o en las escaleras, arriba o abajo, o simplemente pasando de largo por allí. La cuestión es que había ambiente y esa música servía como reclamo para pasar un agradable rato.
Nos quedamos un momento por allí, disfrutando de los señores que salían a cantar sus baladas favoritas. Pero queríamos seguir explorando y descubriendo que más nos podía ofrecer este arroyo, no obstante, nos picó el gusanillo del hambre y no muy lejos de allí había algunos barrios que podían ofrecernos algo.
Después de seguir recorriendo el arroyo y de varias vueltas por los barrios colindantes, acabamos paseando por Gwancheol-dong, situado entre Myeong-dong e Insa-dong, con esas típicas calles de carteles iluminados con miles de Noraebang, de DVD-Bang, y todo lo terminado en bang que puedas imaginar, así como restaurantes de alitas de pollo y locales para beber alcohol.
Finalmente, saliendo de una de estas calles, vimos algo a lo que no pudimos resistirnos, una especie de cafetería especializada en churros. Vale, que no era lo mismo que tomarlos aquí y que era algo caro para lo poco que te servían, pero oye, que buenos estaban y cuánto nos apetecía algo así.
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¡Churros! |
Con el estómago lleno volvimos para seguir el recorrido del arroyo, del cual no quedaba mucho para llegar hasta el final. Por el camino nuevos cantantes, con su guitarra o su grupo, alguna artista callejera que pintaba dibujos, y sobre todo, muchas parejas de novios sentadas junto al agua, debajo de algún puente buscando tranquilidad. Tranquilidad relativa ya que no paraba de pasar gente de un lado para otro.
Al final del recorrido había una catarata que ponía fin al arroyo, decorada con luces azules que la hacían más vistosa e interesante para tomarse fotos. Aquí subimos y pudimos encontrar algo que recordaba a las víctimas del accidente del ferry, muchas cintas de color amarillo con mensajes atadas a unas ruedas que formaba una gran bola. Junto a esto había unas pantallas táctiles con información e imágenes de diferentes lugares del arroyo.
Como ya no había mucho más que hacer por aquí, decidimos ir a la plaza Gwanghwamun que no andaba muy lejos. Por el camino nos topamos con un especie de concierto de una orquesta, que estaba siendo grabado por alguna televisión coreana, todo muy bien preparado y profesional, con publico, cámaras, grúas, etc. Pasamos de largo y cruzamos una calle para finalmente acabar de llegar a la plaza. En ella se encuentra la famosa estatua del almirante Yi Sun Sin, y la del Rey Sejong el Grande, muy conocido por ser el responsable de la creación del Hangeul (한글), es decir, el alfabeto coreano usado actualmente.
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Puerta principal del palacio Gyeongbokgung desde la plaza Gwanghwamun |
Las vistas eran increíbles, un gran espacio plano rodeado de edificios altos y ruidosas carreteras, con un fondo iluminado por las pantallas que decoraban algunos de los edificios. Y para acabar nos acercamos a la puerta principal del templo Gyeongbokgung, que es la que le da nombre a esta impresionante plaza, Gwanghwamun.
Vídeo del capítulo 6: